Adiós Juventud

El viernes 31 de julio sorprendió con la noticia de la muerte de Washington “Canario” Luna. El cantante uruguayo padecía una grave enfermedad que lo mantuvo internado durante varias días en un centro asistencial de Montevideo.

El Canario Luna fue una figura emblemática del carnaval y la música popular de Uruguay. Tiene una larga trayectoria artística, pese a que en los últimos años se mantuvo alejado de escenarios y tablados. Realizó algunas incursiones con murgas y participó del documental Hit.

Unos de sus temas más emblemáticos de su carrera son Brindis por Pierrot, El grito del Canilla; el Himno a Nacional; Adiós Juventud; El tiempo me enseñó, con Tabaré Cardozo, entre otros.

El valor de lo intangible



Cuando una película entretiene, alcanza generalmente éxito de taquilla. Este no es el caso...

En Las horas del verano (L’ Heure d’été) la regla -si es que la hay- sería inversa; cuando una película sorprende, generalmente es un éxito, pero para una elite que se animó a verla. La película de Olivier Assayas cuenta la historia de una familia compuesta por una mujer viuda, Hélène Berthier, sus tres hijos adultos y varios nietos. Esa mujer, sobrina del artista francés Paul Berthier, sabe que está por morir, y con ella, historias, secretos y una colección de objetos de arte que guardó con precioso celo durante muchas décadas.

Con su anunciada muerte llega el duelo, y luego el inevitable debate familiar sobre la sucesión y la decisión de mantener, o no, las valiosas pertenencias. En esto, en el valor, es donde se esconde la maravilla de la película; lo que sorprende de a poco y con mucho recato.

Ella no las valoraba como obras en sí mismas, sino por el amor que tenía por aquel hombre, que más que su tío, fue su amante de todas las horas. Ese descubrimiento, que llega promediando la película, se confirma al conocer que ella guardaba en una bolsa arrugada y escondida, una escultura de Edgar Degas. Para Hélène este objeto roto por los años no tenía valor. Un coleccionista de arte o un museo lo restauraría al instante para apreciar su belleza y cotizarlo a una no despreciable suma de dinero.

Las discusiones sobre dos cuadros de Jean-Baptiste Camille Corot, que finalmente se esfuman en dinero, y la corroboración de que un escritorio de diseñador renacentista en un museo pierde la magia que tenía en un estudio familiar, van escribiendo una gran pregunta. Al salir del cine y hasta este momento, pienso en ese mensaje subconsciente sobre el valor de las cosas, en el arte.

Para este caso, esa discusión sobre las reproducciones artísticas como fenómeno de “socialización y equidad” me resulta vago y superfluo. Está claro que si las piezas artísticas estuviesen guardadas al ojo público, millones perderíamos de apreciarlas. Pero también es interesante esa reflexión sobre qué es más hermoso, si un valioso jarrón de porcelana china en una vitrina del museo o ese mismo objeto decorando y aromatizando con flores un ambiente familiar...

Harry, el príncipe y la bendición del Papa

Los “Harry Potter” maníacos ya disfrutan en las butacas de los cines la última experiencia cinematográfica del ex niño mago y ahora adolescente, que como todos, se debate entre sus obligaciones en la escuela y sus hormonas, en el “Misterio del Príncipe”.

En medio de ese corrillo de emociones, Harry Potter (Daniel Radcliffe) y todo el equipo del film incluida la autora de la famosa saga literaria, J. K. Rowling, fueron bendecidos por el Papa. Así es. Llegó la bendición desde el Vaticano sin que importara para este caso la vida privada de los protagonistas, ni sus inclinaciones sexuales, ni polémicas relacionadas con acusaciones de plagio hacia la escritora, entre otros entretelones.

Esta semana las agencias de noticias internacionales informaron que el diario del Vaticano publicó la crítica de la nueva película destacado que alcanza un “balance correcto”. Según la mirada eclesiástica “El misterio del Príncipe” tiene "una clara línea de separación entre aquellos que trabajan para el bien y aquellos que lo hacen para el mal". Reuters recordó que en 2008 un artículo en el mismo periódico señaló a Harry Potter como "un equivocado modelo de héroe". Pero este contrasentido no es el único.

El Papa Benedicto XVI no es fan de Harry Potter. En 2003, el entonces cardenal Joseph Ratzinger escribió una carta a una mujer alemana diciendo que los libros del mago contenían "tentaciones sutiles" capaces de corromper a los jóvenes cristianos. Este 2009 el Papa protagonizó otra polémica cuando intentó ascender a un sacerdote austriaco que había dicho que las historias de Potter olían a "satanismo". Ese mismo sacerdote dijo públicamente que el huracán Katrina fue el castigo de Dios por los pecados cometidos en Nueva Orleans. Marchas y protestas impidieron el anunciado ascenso.

De todos modos los fanáticos no esperan este respaldo eclesiástico -ni ningún otro fuera de lo que es la propia comunidad de Harry Potter-, siguen atentos las repercusiones del estreno mundial de la película y reflejan sus comentarios y críticas en redes sociales, como Facebook o Twitter.

El mundo en campaña

Ambos videos, uno de la BBC y otro del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, muestran en breves instantes los fenómenos que afectan al planeta, y la necesidad de contribuir desde las células más pequeñas de la sociedad, como lo es la familia, hasta los grandes centros de poder político y económico.

El efecto mariposa del cambio climático

Inundaciones, sequía, deforestación, derretimiento de los glaciares, desgaste del suelo, tornados, estiércol de miles de cabezas de ganado, y chimeneas humeantes son imágenes familiares. También lo son las que muestran a líderes de países desarrollados negociando el futuro del planeta.

Sin embargo, las acciones que se toman en cada hogar pueden ser tan poderosas como las que debaten los líderes esta semana en L’Aquila, Italia.
Allí los representantes del G-8 negocian el documento que debatirán en diciembre en la Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, a celebrarse en diciembre en Copenhague, Dinamarca, que tratará de consolidar un nuevo rumbo para las naciones y las acciones que tomarán para proteger el futuro del planeta.

Sin embargo, un tema que parece tan lejano merece especial atención en los núcleos más íntimos de una sociedad, como lo son las familias. Debates, análisis, información y conciencia en el hogar pueden ser herramientas de poderosa incidencia. Son como los efectos del vuelo de una mariposa.

Algunas cosas concretas qué se pueden hacer en el hogar, algo así como “Mi efecto mariposa” son: el reciclaje de la basura en el hogar, separar lo orgánico de lo inorgánico y posteriormente depositarlo en los contenedores destinados a cada uno de estos residuos, guardar en un balde el agua que se vierte de la ducha mientras se espera que caliente, cerrar la canilla mientras se lava los dientes o se afeita, no utilizar bolsas plásticas al realizar las compras domésticas, consumir bebidas en envases retornables, al salir de su casa, no olvide apagar todas las luces y aparatos eléctricos conectados a la pared.

Mientras los representantes de las economías dominantes intentan ponerse de acuerdo sobre lo que están dispuestos a ceder para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (entre otras cosas), hay gobiernos que toman medidas concretas, como es el caso de Gran Bretaña. El gobierno intenta que los ciudadanos tomen conciencia del problema en su vida diaria.

Además de trabajar por un “acuerdo ambicioso, eficiente y justo” a negociar en Copenhague, lleva adelante un proceso “en casa que disminuyó desde 1990 hasta la fecha un 20% de sus emisiones de gas con efecto invernadero”, indica un informe de la Embajada Británica. Ese proceso que inició Gran Bretaña se expandió a otros países, entre ellos los del Río de la Plata, tal como se difundió el pasado martes 7 de julio en Buenos Aires, durante un encuentro organizado por la Embajada Británica de Argentina y la BBC Wolrd Service Trust, del que participó Observa. Las proyecciones como datos fríos en una gráfica resultan alarmantes, pero cuando se les suman imágenes de las consecuencias que acarrea el cambio climático para el crecimiento económico, la amenaza se vuelve impactante.

Actualmente el gobierno Británico – a través de sus embajadas en el Cono Sur- y una ONG argentina preparan la difusión del primer informe sobre las consecuencias económicas en América Latina del cambio climático, que dará pantallazos de este nuevo enfoque del problema. Mientras tanto, se ratifican las proyecciones sobre lo que ocurrirá en el planeta si gobiernos y ciudadanos no revierten los actuales procesos de deterioro de los recursos naturales. Por tal motivo, algunas naciones se muestran firmes en los planteos concretos que deberán acordarse en diciembre en Copenhague.

En menor escala también suceden procesos sociales, impulsados por gobiernos nacionales, locales y ONGs como los que fomentan el reciclaje de materiales plásticos, cartón y basura electrónica, la reutilización de agua con efectos residuales, casas de materiales amigables con el medio ambiente, etc. Procesos quizá no tan trascendentes a primera vista como los necesarios para revertir los efectos del cambio climático a nivel global, pero que, como el efecto mariposa, generan pequeñas corrientes de aire, que impulsan otras mayores, y así producen fenómenos inimaginables si se miden las dimensiones del pequeño aleteo que los provocó.

Por Yelly Barrios, publicado en Observa.com.uy

La conquista de Milk

Harvey Milk fue un activista gay que a fines de la década de 1970 alcanzó mucho más que cualquier otro integrante de su comunidad, en Estados Unidos, hasta ese entonces. La película El tiempo de Harvey Milk lo trae al siglo XXI.

El film de Gus Van Sant (Paris, je t'aime) tuvo este 2009 ocho nominaciones a los premios Oscar. Uno de ellos lo conquistó Sean Penn como Mejor Actor. Un reconocimiento magistral, a una labor tan sutil como única en la brillante carrera del estadounidense. Una excelencia muy bien lograda.

La película muestra el final en sus primeros tres minutos, por lo que la sola actuación de Penn completa las siguientes secuencias fílmicas. El propio personaje cuenta su devenir como gay, los avatares sociales y los perjuicios que él y otros miles debieron enfrentar para conquistar derechos básicos como el de la vivienda o el ejercicio libre de la profesión. Dando un paso más, habría que considerar varios aspectos, tales como la temática vigente que aborda: la discriminación al diferente, o aspectos más técnicos como la ausencia de documentación sobre el personaje central, que en principio se muestra como de gran exposición mediática en el año 1978. Como crítica, habría sido bueno difundir datos y entrevistas en los materiales anexos para conocer en profundidad a Milk, más allá de su ascenso al poder en la California de los años hippies.

Milk la película, se va construyendo con las relaciones del protagonista con otros personajes, algunos dignos de atención, como su pareja (Emile Hirsch), otros desdibujados, como el “gay latino” (Diego Luna). Lo demás transcurre con detalles magníficos y otros llenos de lugares comunes... e incluso innecesarios.