La conquista de Milk

Harvey Milk fue un activista gay que a fines de la década de 1970 alcanzó mucho más que cualquier otro integrante de su comunidad, en Estados Unidos, hasta ese entonces. La película El tiempo de Harvey Milk lo trae al siglo XXI.

El film de Gus Van Sant (Paris, je t'aime) tuvo este 2009 ocho nominaciones a los premios Oscar. Uno de ellos lo conquistó Sean Penn como Mejor Actor. Un reconocimiento magistral, a una labor tan sutil como única en la brillante carrera del estadounidense. Una excelencia muy bien lograda.

La película muestra el final en sus primeros tres minutos, por lo que la sola actuación de Penn completa las siguientes secuencias fílmicas. El propio personaje cuenta su devenir como gay, los avatares sociales y los perjuicios que él y otros miles debieron enfrentar para conquistar derechos básicos como el de la vivienda o el ejercicio libre de la profesión. Dando un paso más, habría que considerar varios aspectos, tales como la temática vigente que aborda: la discriminación al diferente, o aspectos más técnicos como la ausencia de documentación sobre el personaje central, que en principio se muestra como de gran exposición mediática en el año 1978. Como crítica, habría sido bueno difundir datos y entrevistas en los materiales anexos para conocer en profundidad a Milk, más allá de su ascenso al poder en la California de los años hippies.

Milk la película, se va construyendo con las relaciones del protagonista con otros personajes, algunos dignos de atención, como su pareja (Emile Hirsch), otros desdibujados, como el “gay latino” (Diego Luna). Lo demás transcurre con detalles magníficos y otros llenos de lugares comunes... e incluso innecesarios.

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