Los 140 caracteres para un cambio

Que las redes sociales se expanden es un hecho. Alcanza saber que en 2010 las cifras de los usuarios estimados de estos espacios virtuales superaron los 900 millones de personas en todo el mundo. Tampoco es sorprendente verificar la influencia que ejerce su uso en la vida política, social y económica de las naciones. Hay innumerables análisis e investigaciones que se realizan para interpretar y manejar los fenómenos que surgen en el espacio virtual e inciden con alto impacto en el mundo fuera de la red.


El miércoles 23 de febrero, entusiasmada por el titular que anunciaba: “Los directores de 'The New York Times', 'The Guardian', 'Le Monde', 'Der Spiegel' y EL PAÍS debaten sobre periodismo”, asistí al evento. El día citado otros cientos concurrieron al Museo Nacional, Centro de Arte, Reina Sofía, en Madrid, para ser parte del encuentro “entre los responsables de las cinco publicaciones (antes mencionadas) con el trasfondo de Wikileaks, las revoluciones y el nuevo ecosistema informativo”. En el Auditorio 400 del museo Reina Sofía hay ubicación para 425 personas sentadas. En la ocasión cada butaca se ocupó, hubo algo de público en las escaleras, gente de pie, e incluso otro tanto quedó fuera siguiendo el acto vía streaming.

La instancia, denominada “El futuro del periodismo, Wikileaks, revoluciones y el nuevo escenario informativo”, fue realmente interesante. Duró poco más de hora y media. En ese tiempo hubo reflexiones productivas, comentarios pertinentes, opiniones audaces. Hubo momentos de inflexión y viraje en la ruta tomada. Hubo críticas y cuestionamientos. Lo realmente apasionante es que ese intercambio no fue unidireccional, sino que en tiempo real grandes directores de los medios de comunicación más prestigiosos del mundo estaban dando sus consideraciones, y a la vez, la gente hacía sus devoluciones en 140 caracteres.

Conforme avanzaba la ponencia el público twitteó sus impresiones que podían leerse en una pantalla gigante ubicada al fondo del escenario detrás de las figuras destacadas. Sordos y ciegos ante la opinión del auditorio -donde habría tantos IPhone o Blackberrys como personas- Bill Keller (The New York Times), Alan Rusbridger (The Guardian), Georg Mascolo (semanario Der Spiegel), Sylvie Kauffman(Le Monde) y Javier Moreno (El País) hablaron, y hablaron mucho, de Wikileaks y las repercusiones de la filtración de documentos secretos de Estados Unidos en sus medios de comunicación. Dijeron, y dijeron poco, sobre el hashtag #pconfuturo, y el público, o muchos de los presentes, se quejaron.

Las reclamaciones, que se leían en tiempo real al momento que conversaban entre sí los ponentes, alertó a responsables de la organización del evento. Los comentarios de la gente aumentaban conforme avanzaba la hora. A poco más de 10 minutos de la hora prevista para la clausura, el director de El País recibió de mano de una azafata una nota… la leyó, e instantes después consultó a sus pares qué opinaban sobre el futuro del periodismo.

Es verdad que lo dicho en ese lapso valió las más de dos horas de espera. También que muchas de las consideraciones realizadas durante todo el evento fueron jugosas. Sin embargo esa comunicación bidireccional entre ciudadanía y medio de comunicación (sus directores en este caso) es un asunto de considerable atención, ya no tanto a través de intenciones, sino de verdaderas acciones. Internet, las redes sociales, las nuevas tecnologías ya no son el futuro, son el presente, y urge entenderlo para cambiar el discurso.

Repasando las opiniones de aquella jornada encontré unas que sintetizan la experiencia. “Muy interesante el debate de #pconfuturo, que podríamos resumir en "no sabemos qué va a pasar, pero nos encanta hablar de ello". :P”, twitteo @JorgeBF, o el de @polylcm de Chile que escribió: “Justo cuando empezábamos a hablar de futuro, termina”.

Otro soneto premiado


El domingo 13 de febrero se entregaron en el Teatro Real de Madrid los premios Goya al cine español. La ceremonia estuvo fuertemente signada por los dimes y diretes en torno a la Ley de Economía Sostenible (conocida como Ley Sinde por ser impulsada por la ministra de Cultura Ángeles González-Sinde). El discurso del ahora ex presidente de la Academia de cine de España fue uno de los más comentados, junto con los premios entregados a los ganadores de las distintas categorías en competencia.

En ese marco, el cantautor uruguayo Jorge Drexler conquistó una nueva distinción en su consolidada carrera al ser premiado en la categoría Mejor Canción Original por "Que el soneto nos tome por sorpresa". La obra premiada es parte de la banda sonora de la película "Lope", una coproducción hispano-brasileña del brasileño Andrucha Waddington, que narra los primeros pasos del dramaturgo español Lope de Vega.


Esto es amor

Desmayarse, atreverse, estar furioso,

aspero, tierno, liberal, esquivo,

alentado, mortal, difunto, vivo,

leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien, centro y reposo,

mostrarse alegre, triste, humilde, altivo

enojado, valiente, fugitivo,

satisfecho, ofendido, receloso

huir el rostro al claro desengaño,

beber veneno por licor suave,

olvidar el provecho, amar el daño

creer que un cielo en un infierno cabe

dar la vida y el alma a un desengaño,

Esto es Amor; quien lo probo, lo sabe.

Lope de Vega

La experiencia del cine y la fotografía

Recuerdo la primera vez que fui al cine. Tenía seis años. Montevideo estaba soleado y la tibieza del aire llenaba de alegría las calles. Era una tradición en mi familia ir de paseo juntos hermanos y primos a compartir el tiempo libre. Así fue aquel hermoso día en el que nos esperaba la proyección de “Blancanieves y los siete enanitos”. La ilusión, las sonrisas entre el público y el júbilo de los presentes todavía son palpables en mi memoria. Las golosinas que disfrutamos, los comentarios que hicimos durante semanas. La experiencia se reiteró una y otra vez a lo largo de los años. Cada cual con su peculiaridad.


Este viernes 11 de febrero el jurado del World Press Photo dio a conocer la nómina de ganadores del 54 concurso anual. La fotografía premiada cómo la mejor de 2010, es una más de las desgarradoras imágenes que dejan en evidencia la cruel realidad de las mujer afganas que son mutiladas por los talibanes. Más dolor, más horror, y por supuesto también más denuncia que suele caer en saco roto. Seguramente este retrato de Bibi Aisha recorra otra vez el mundo con motivo del galardón. ¿Cuántos serán los que recuerdan que esa misma imagen, que ahora es motivo de conmoción, fue tomada por la fotógrafa sudafricana Jodi Bieber para la revista Time de la que fue portada el 1 de agosto de 2010?

Los temas que sobresalen se repiten y apelan (casi) siempre a los mismos tópicos. Pero hurgando un poco más allá de los grandes titulares que pueden leerse sobre el concurso, hay verdaderos tesoros. Como las imágenes tomadas por el indio Amit Madheshiya. Su serie titulada “Night screenings at traveling cinema” fue premiada en la categoría Arts and entretainment-Stories, y es sencillamente magnífica.

En las fotografías el reportero capturó las emociones de niños, jóvenes y adultos ante una pantalla en la que se proyectaba una película. La luz en esos ojos, los gestos de los rostros y las manos hablan por sí solas. Son únicas. Cómo el recuerdo de aquella tarde soleada a la que me llevó el paseo por esta galería premiada, cómo la ilusión que regala el cine, cómo el deseo de apelar a otros recursos para despertar conciencias.

Guiadas por las vibraciones

Cuando miré este video por primera vez quedé sorprendida. La destreza de las bailarinas y la majestuosidad con la que coordinan sus cuerpos parece ficción, un artificio logrado con apoyo de la tecnología. Sin embargo, todo el equipo no solo no utiliza ese escenario innovador para crear esta pieza maravillosa, sino que los únicos que pueden apreciar el espectáculo con los cinco sentidos somos los espectadores. Las bailarinas son sordomudas.


Las 21 integrantes del equipo logran esta increíble performance atendiendo constantemente a las señales que les envían sus coordinadores, ubicados estratégicamente en cuatro puntos del escenario, y guiadas por las vibraciones -para otros imperceptibles- que producen sus propios movimientos.


En el video se puede disfrutar de la coreografía que realizó el equipo de la Diosa de la Misericordia con sus Mil Brazos, en el marco de una gala de la Compañía china de artes escénicas para personas discapacitadas.